«La Salud Mental Materna Importa» (#maternalMHmatters) es el mensaje con el que se desea llamar la atención hacia el tema en la Semana Mundial de la Salud Mental Materna, pero ¿qué quiere decir que la salud mental materna importa?, parece obvio, ¿no? Sorprendentemente a veces no lo es tanto.

Un vínculo sano entre una madre y un bebé comienza con una buena salud mental por parte de la madre. Esto es algo que los psicoanalistas John Bowlby y Donald Winnicott ya habían estudiado, observado y descrito desde 1950; sin embargo, sigue siendo algo que nos resistimos a aceptar, tanto a nivel social, como sanitario, por ejemplo en la atención que reciben las mujeres gestantes durante sus controles de embarazo, así como también en las consultas de pediatría. Comentarios del tipo «es normal», «son las hormonas», «con el tiempo pasará», «te preocupas demasiado», «deberías relajarte un poco», etc., suelen ser habituales cuando una mujer embarazada, o en postparto inmediato, expresa algo del orden de su malestar psicológico.

«Dos de cada diez mujeres padecen algún problema mental durante el embarazo o el primer año tras haber dado a luz. El 75% de éstas no son diagnósticas ni reciben el tratamiento y soporte adecuadoÉstas son cifras a nivel mundial.

De entre los distintos trastornos, el padecer más común es la depresión postparto (que muchas veces comienza durante el embarazo) y puede afectar a mujeres de cualquier procedencia, cultura o nivel socioeconómico y educativo, generando consecuencias importantes a largo plazo tanto en la madre como en la criatura y en el vínculo que entre ellos se genera.

“El estado psíquico de la madre afecta enormemente al bebé desde la gestación. Si sufre ansiedad, estrés o depresión el embarazo se complica, puede producirse un parto prematuro, hemorragias, infecciones… Además, su estado de ánimo afecta, de diversas maneras, al desarrollo cerebral de su bebé, condicionándola, incluso a muy largo plazo”, comenta la psiquiatra Ibone Olza en una entrevista para El País.  «Si la madre no está bien, si no se detecta su sufrimiento y no se le ayuda o se trata, además de al bebé, se verá afectada también la relación de pareja y la crianza de los otros hijos”.Con lo cual, si estás embarazada y sientes que algo no «marcha bien», te sientes angustiada, estresada, con muchos miedos o/y temores, con cambios de ánimo bruscos e inesperados, ganas de llorar, sensación de soledad.., busca ayuda. Si ya ha nacido tu bebé y te sientes triste, desanimada, irritable, con angustias o miedos, sola, con mucha presión encima, con temor a estar a solas con tu bebé por no saberlo atender adecuadamente o poderlo dañar, con fantasías o temores de que te pase algo a tí o a tu bebé, no son las hormonas, no es normal, no se irá solo, pero sobretodo, no es tu culpa y no es algo por lo que debas ocultarte o avergonzarte. ¡Habla de ello! ¡Expresa tu malestar! ¡Busca ayuda!

 

Psicóloga Perinatal, con formación en psicología clínica y terapia de pareja y familia, especializada en maternidad, paternidad y crianza, y orientada desde la crianza respetuosa y el ecofeminismo.

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