A pesar de que cada vez son más los padres y las madres que se informan sobre las formas seguras de dormir con el bebé, el tema del colecho sigue generando controversia, no sólo desde el punto de vista de su seguridad, sino también de si es el culpable de generar una supuesta mayor dependecia del bebé o niñ@ pequeñ@ hacia su madre. Hace mucho tiempo compartí esta entrevista del Dr. McKenna sobre los aspectos científicos que avalan al colecho como la práctica que más beneficia al sueño del recién nacido, la resistencia de algunos organismos de salud pública a apoyar esta práctica e informar a los padres sobre la manera segura de hacerla, y el derecho de los padres a recibir dicha información. La entrevista está en inglés y alguien me hizo el comentario de que no entendía al final si el colecho era algo positivo o negativo, por esta razón decidí hacer una traducción libre de la misma para que, quien esté interesado pueda leerla. Si quieres ver la entrevista directamente pincha aqui.
El Doctor James J. McKenna es un antropólogo con doctorado en antropología biológica reconocido desde hace muchos años por sus estudios sobre el colecho madre-hijo en relación con la lactancia y el SMSL (Síndrome de Muerte Súbita del Lactante). Actualmente es el Director del Laboratorio del Comportamiento del sueño madre-hijo de la Universidad de Notre Dame y ha recibido numerosos reconocimientos de parte de la comunidad científica por sus estudios en este tema. Éstas son sus palabras:
“Colecho familiar: ciencia, política pública y derechos civiles de los padres” James J. McKenna, PhD. Director del Laboratorio del Comportamiento del sueño Madre-hijo. Universidad de Notre Dame.
Una de las distinciones importantes que se deben hacer tanto en la investigación, como en las discusiones que tienen los padres –debido a que es una distinción que realmente puede cambiar la conducta de las personas- tiene que ver con definir y entender correctamente el significado del dormir juntos (cosleeping): qué significa dormir juntos, que es compartir la cama (colecho) vs. el significado de compartir el sofá.
Dormir juntos (cosleeping) hace referencia a cualquier situación en la que madre y bebé, padre o bebé o cuidador y bebé están en un rango sensorial accesible el uno del otro: pueden detectarse el uno al otro a través de la vista, el oído, pueden sentirse e inclusive olerse. Así cada uno de los participantes puede detectar al otro y responder a las señales o claves que se dan, sobre todo los cambios del bebé.
Existen tantas maneras de cosleeping como culturas haciéndolo. En nuestra cultura, si tenemos a nuestro bebé durmiendo con nosotros, le llamamos colecho; otra manera de hacerlo sería tener al bebé a un lado durmiendo en un moisés, al alcance de los brazos. Los indios ponen al bebé en una cuna y colocan la cuna al lado de la cama del lado de la madre, algunas madres alrededor del mundo duermen en hamacas con sus bebés, otras en una plataforma alta así que, lo importante no es realmente cómo es la estructura física donde ocurre, pese a que hay algunos aspectos de seguridad que hay que tomar en cuenta, sino la proximidad y el contacto físico que se da  debido a que eso es lo que es biológicamente adecuado.
Ahora, «colecho» es el término que se usa como representante de todas las formas de cosleeping, es decir; alguien por ejemplo podría decir “oh yo he oído que el colecho es extremadamente peligroso, 5 bebés murieron la semana pasada o el mes pasado en Detroit por eso” y lo más probable es que de lo que están hablando no es colecho, sino que se trate específicamente de dormir en el sofá, o en poltronas, o colecho (compartir cama), el cual puede ser seguro o peligroso. Os explico, el colecho puede ser seguro o peligroso dependiendo específicamente de cómo es hecho. Yo siempre sugiero a los padres que colechar cuando se está dando el pecho es mucho más seguro que cuando se da el biberón ya que es muy diferente en términos de sensibilidad de la presencia tanto en la madre como en el bebé, se estimulan mutuamente, se despiertan con frecuencia. El bebé se coloca más abajo del brazo de la madre, en el nivel medio de su cuerpo para estar frente al pecho, el bebé siempre está boca arriba y no se va a mover a ningún otro lado de la cama, sólo quiere estar lo más cerca posible de su madre.
El cosleeping necesita tener más distinciones: colecho, dormir en el sofá, en poltrona. Estas dos últimas es mejor evitarlas porque son inseguras. Una forma de dormir juntos que siempre es segura es la llamada “superficies separadas para dormir juntos”. Algunas personas llaman a esto “compartir la habitación” pero a mi no me gusta este término porque se pierde el sentido de lo que realmente se está compartiendo: no son las paredes de la habitación compartida las que protege al bebé (que de hecho lo hacen), sino realmente “compartir a la persona”, es la presencia de la madre o el padre que está comprometido con ese bebé en la habitación lo que está cambiando algo sobre ese bebé, lo está haciendo más saludable y es más seguro para su sueño nocturno. Es algo proactivo. Así que “superficies separadas para dormir juntos” o “compartir a la persona” es extremadamente importante y siempre es seguro.
Una pregunta importante a hacer es ¿porqué dormir con tu bebé? En algunos sentidos es una pregunta bastante crítica y que ha sido ignorada por las autoridades de la salud pública, deseando que sea algo que desaparezca pero, la verdad es que dentro de la cultura de la lactancia materna esto no va a desaparecer porque dar el pecho está muy interrelacionado, en muchos sentidos, con el dormir con el bebé. Ésta es la mejor alimentación para el desarrollo del cerebro humano pero el problema es que, al ser más ligera, el bebé necesita alimentarse cada hora y media o dos horas, y eso es lo que hacen, así que las madres se dan cuentan de que pueden dormir más si tienen al bebé más cerca, además a los bebés les gusta estar cerca de sus madres y tener esa sensación de calor, de protección, ambos están diseñados para responder positivamente a esto y así es como se da el colecho.
¿Qué pasa cuando se colecha? Que los bebés se alimentan de dos a cuatro veces más que si estuvieran durmiendo en otra habitación con sistemas de monitoreo electrónicos. Mientras colechan ellos se oxigenan más, llegan a estados de arousal más frecuentemente. Hay muchas diferencias de protección y de relación entre un bebé que colecha y un bebé que duerme en solitario. El arousal que los bebés tienen, en relación con sus padres que responderan algunos segundos antes, lleva a una oxigenación mayor, también se mantendrán más tiempo durmiendo en un estadio de sueño más ligero, lo cual es una ventaja para bebés pequeños (todos somos prematuros al nacer ya que contamos con solo el 20% de nuestro cerebro desarrollado), lo cual es una gran defensa contra las apneas. Cuando ponemos a un bebé alejado de su madre, entra de una forma artificial en estadios más profundos de sueño y no queremos eso con bebés tan pequeños: el aislamiento sensorial le permite a los bebés dormir más tiempo y más profundo antes de que estén preparados para ello puesto que no cuentan con la destreza para despertarse de un sueño profundo si tienen un episodio de apnea (breve pausa respiratoria). Así que lo que encontramos en las situaciones de colecho son potencialmente salvavidas: primero porque los bebés tienen mucha práctica alcanzando niveles de arousal, lo cual es protector contra las apneas y además tienen un sueño más ligero, lo que les permite un fácil despertar. La lactancia materna aumenta, la oxigenación y la temperatura corporal se mantiene en mejores niveles.
El colecho es, biológicamente lo más adecuado. Cómo se hace específicamente es el tema de debate: hay formas seguras y formas inseguras de hacerlo. En las culturas en las que el colecho es la norma, donde no hay madres fumadoras ni tampoco abuso de drogas o alcohol, tienen las tasas más bajas de muerte súbita del lactante. Hay algunas incluso en las que se desconoce por completo este fenómeno. Lo que eso nos dice es que podemos aprender a reducir el riesgo en el colecho. El problema en nuestra cultura es que a los padres no se les informa de estas opciones y ellos desconocen que están en su derecho de obtener esta información. Las instancias de salud pública han decidido que los padres no tienen porque saber cuales son las ventaja del colecho, sino que simplemente ellos no deben hacerlo, lo cual no es ético. Los padres son los únicos individuos que tienen la potestad de decidir dónde los bebés deben dormir, es parte de la libertad individual y también es un derecho con el que nace cada bebé: tener acceso al cuerpo de su madre.
Sabemos  que hay maneras en las que el colecho es peligroso: cuando la madre ha fumado durante el embarazo, cuando hay muchos cojines en la cama o mantas, o hay agujeros por donde el bebé pueda caer, sabemos que es peligroso poner al bebé a dormir boca a bajo (en cualquier situación). Sabemos todas estas cosas y son elementos muy prácticos que los padres desconocen porque alguien más está tomando la decisión por ellos de que no duerman con sus bebés.
Es importante promover el empoderamiento de los padres, y la información de que hay maneras seguras de dormir con los bebés y que ésta es una decisión que solo le corresponde tomar a los padres, así como también darles la información para hacer frente a los ataques y comentarios que puedan recibir de que el colecho es irresponsable (cuando si se hace de forma segura es más bien todo lo contrario, desde los hallazgos científicos).
Mas información sobre el colecho, los riesgos, las formas seguras de practicarlo en www.cosleeping.nd.edu

Psicóloga Perinatal, con formación en psicología clínica y terapia de pareja y familia, especializada en maternidad, paternidad y crianza, y orientada desde la crianza respetuosa y el ecofeminismo.

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