Acudí a Iliana cuando me encontraba superando un momento muy complicado, en que yo creía que todo iba bien, pero mi cuerpo no indicaba lo mismo. En las visitas me sentí desde el principio muy cómoda, lo que me permitió exponerme sinceramente y sin miedo a ser juzgada. Me ayudó a descubrir que ocurría con mis emociones, a aceptarlas y a sentirme mejor.
Mireia