Cuando decidí empezar me sentía triste, perdida y con mucho miedo. Mi parto fue traumático y gracias a ti comprendí que aquello que sentía era normal, válido y legítimo. Me he sentido muy comprendida, muy acompañada y muy respetada en estos inicios de la maternidad. Gracias a este acompañamiento he conseguido empoderarme y vivir una maternidad real con aquello positivo y aquello que no lo es. Y los más importante, aceptar que pueden coexistir dos emociones contrarias y que eso no te hace ser peor madre.
Muchas gracias!!