Hoy, 2 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna. (#MaternalMHmatters  #SaludMentalMaternaImporta).

Para much@s se trata de algo desconocido y ajeno, aunque bien puede ser que lo hayan vivido ya en carne propia.

El Día Mundial de la Salud Mental Materna es una iniciativa que busca generar conciencia a nivel social sobre un problema sanitario grave: la enfermedad mental perinatal que sufren muchas madres, la mayoría de las veces en soledad, sintiéndose culpables, y sin recibir la atención profesional y los apoyos adecuados.

¿Cuáles son las enfermedades mentales perinatales?

El término enfermedad mental perinatal se utiliza para englobar cualquier trastorno, sufrimiento psíquico o malestar psicológico que se viva desde el inicio de la concepción, el embarazo, el parto y el período de postparto, y que puede afectar tanto a la madre como al desarrollo adecuado del bebé mientras está en el útero, el establecimiento del vínculo una vez éste ha nacido, y el resto de relaciones significativas de la madre: pareja y familiares. En este sentido existen criterios diagnósticos de trastornos claramente definidos, así como también toda una cantidad de bemoles entremedio. Cualquier malestar o sufrimiento psíquico que pueda estar padeciendo una mujer durante su embarazo o postparto requiere de un acompañamiento emocional, de una escucha y un apoyo apropiado y continuo.

¿Y porqué tendría que ser problema de tod@s?

Pues porque se trata de un problema de salud pública que genera muchísimos costes tanto a nivel humano, como a nivel social, de tratamientos y, por supuesto, económico.

Hay un frase de Pitágoras de Samos que reza “el principio es la mitad de todo” y que puede aplicarse perfectamente a este caso. Desde el punto de vista psicológico, tener un buen embarazo sienta unas bases sólidas para tener un buen postparto. Tener un buen postparto permite establecer un buen vínculo con el bebé. Tener un buen vínculo madre-hij@ o padre-hij@ es fundamental para sobrellevar las dificultades de la crianza hoy día. Y al contrario, por ejemplo, una mujer que durante su embarazo sufre niveles considerables de estrés o de ansiedad de manera persistente, tiene muchas más probabilidades de tener un parto prematuro, desarrollo intrauterino deficiente o, bajo peso al nacer.[1] Cualquiera de estos escenarios generan consecuencias médicas que implican más intervención, más coste económico y una cierta fragilidad de cara al postparto. Otro ejemplo, una madre que tiene depresión postparto y no está recibiendo la atención adecuada, puede tener dificultades importantes para vincularse con su bebé, sentir que no es capaz de cuidar adecuadamente de él/ella ni de sus otros hij@s, temer a quedarse a solas con su bebé por miedo a hacerle daño, incluso, en algunos casos, acabar cometiendo suicidio. Coste social, coste humano, coste económico.

Hablemos de cifras…

Diferentes estudios afirman que el porcentaje de mujeres que sufren algún tipo de trastorno o sufrimiento psíquico durante el período perinatal no es poco, que es algo presente en todas las culturas occidentales, en todos los estratos económicos (aunque evidentemente la pobreza siempre es un factor de riesgo), y que no respeta credos, procedencia étnica ni niveles educativos. Aquí algunos:

  • Aproximadamente un 20% de mujeres sufren síntomas importantes de depresión durante el embarazo. La mayoría de ellas no reciben ningún tipo de tratamiento.[2]
  • Si una mujer sufre de depresión o de ansiedad durante el embarazo (o incluso si ha tenido algún episodio depresivo previo a estar embarazada), tiene más probabilidades de desarrollar depresión o trastornos de ansiedad durante el postparto.[3]
  • Entre un 1,5 y un 5,4% de mujeres desarrollan un Trastorno de Estrés Post-traumático después del parto. El Trastorno de Estrés Post-traumático genera un gran monto de sufrimiento psicológico que puede afectar el vínculo temprano con el bebé, la relación de pareja, la relación con la familia y con los profesionales de salud.[4]
  • Entre un 20 y un 45% de mujeres definen sus partos como traumáticos y presentan algunos síntomas de Trastorno de Estrés Post-traumático durante el postparto.[5]
  • Existe una comorbilidad (es decir, que coexistan dos trastornos juntos) entre las depresiones postparto y los desórdenes ansiosos postparto de entre 13 y 17%.[6]
  • Un 10% de hombres (1 de cada 10) pueden padecer tanto depresión durante el embarazo de sus parejas, como depresión postparto. Sus síntomas son ligeramente diferentes (con más tendencia al polo de la irritabilidad) teniendo el doble de probabilidades de padecerla si su pareja ha tenido depresión durante el embarazo o tiene depresión postparto.[7]

Y podría citar muchos más cómo por ejemplo las consecuencias que alguno de estos trastornos puede tener sobre la salud emocional de la criatura al crecer, o el deterioro que puede generar en la relación de pareja, en la sexualidad, o en las relaciones con otras personas significativas, pero creo que éstas ya os muestran la magnitud y la relevancia del problema.

¿Y qué puedes hacer tú?

Depende. Lo primero que podemos hacer tod@s es tomar consciencia de la problemática, visibilizándolo, y suprimiendo el estigma que se tiene sobre la salud mental. Por otro lado, no normalizar el sufrimiento psicológico de las madres, ni en el embarazo, ni durante el postparto. Frases como “es que son las hormonas”, “ya se te pasará”, o “es normal, no sufras tanto”, ayudan a profundizar el problema y a que las mujeres sientan que no existen espacios de escucha donde se valide su malestar.

Si eres una madre o estas embarazada y sientes que emocionalmente no estás del todo bien o directamente no te encuentras en un buen momento, busca ayuda de algún profesional especializado en psicología perinatal.

Si eres la pareja, la madre, el padre, el herman@ de una mujer que está pasando por un mal momento durante el embarazo o el postparto, no minimices la situación. Háblalo con ella, apóyala y, si es necesario busca ayuda profesional.

Si eres un profesional sanitario que trabaja con mujeres en el período de la perinatalidad (comadrona, ginecólog@, enfermera, pediatra, enfermera pediátrica, fisioterapeuta, etc.) pregúntale cómo se siente, cómo está llevando el embarazo o el postparto, cómo está su relación de pareja, qué cosas le preocupan, si cuenta con apoyos o si le gustaría hablar con alguien al respecto de su situación. Y, sobretodo, no normalices, ignores, ni minimices su malestar.

También puedes sumarte a la campaña de http://wmmhday.postpartum.net/  compartiendo o haciéndote eco de la iniciativa en Facebook y Twitter

Y si te encuentras leyendo esto y quieres hacer un acto inmediato, ¡compártelo en las redes sociales, mientras más personas lo lean y tengan acceso a esta realidad, más estamos haciendo por ayudar a las mujeres y a sus bebés!

[1] Grote NK & cols, A meta-analysis of depresión Turing pregnancy and the risk of preterm Barth, low birt weight, and intrauterine growth restriction. Arch Gen Psychiatry. 2010; 67(10)

[2] Flynn HA & col. Rates and predictors of depresión treatment amoung pregnant women in hospital-affiliated obstetric practices. General Hospital Psychiatry, 2006; 28 (4)

[3] Heron J.; ALSPAC Study Team. The Course of anxiety and depresión through pregnancy and postpartum in comunity sample” Journalof Affect Disorders. 2004; 80 (1)

[4] Beck CT. Birth Trauma: in the eye of the beholder. Nursing Research. 2004;53 (1)

[5] Ayers S. & Ford E. Birth trauma: Widening our knowledge of postnatal mental Elath. The Europian Health Psychology, 2009; 11

[6] Op. Cit.

[7] http://saludmentalperinatal.es/cuando-la-depresion-posparto-la-sufre-el-padre/

Psicóloga Perinatal, con formación en psicología clínica y terapia de pareja y familia, especializada en maternidad, paternidad y crianza, y orientada desde la crianza respetuosa y el ecofeminismo.

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